Por las caóticas calles de Ciudad del Este, en Paraguay, donde no existen semáforos y las veredas están abarrotadas de carros con mercadería), transitan comerciantes ambulantes e informales, ofreciendo todo tipo de mercadería, en su mayor parte, falsificadas y a muy bajo precio. Ahí por ejemplo, es posible comprar un pendrive de 100 GB que en Chile cuesta más de $60 mil, por menos de $5 mil, relojes de prestigiosas marcas como Swatch, Orient, Tag Heuer o Festina -lo más seguro que son falsificados- a partir de $6 mil.
Pese a ello, ahí no se habla de contrabando, aunque es un centro neuráligco de esta práctica en el continente. La mayor parte de las decenas de miles de negocios y centros comerciales operan ahí tienen patente e incluso dan boleta. A ratos, da la impresión de estar recorriendo el barrio Franklin, en Santiago, o La Boca, en Buenos Aires.
Ciudad del Este es uno de los mayores centros del comercio sudamericano, sólo comparable con Miami, Nueva Delhi y Hong Kong. La explicación más razonable es que este país mediterráneo importa para reexportar.
Su actividad comercial parte muy temprano. A las 7:30 de la mañana los locales están abiertos para recibir a los tropeles de compradores que llegan desde el sur de Brasil, el norte Argentino y el sur del propio Paraguay. Funcionan intensamente hasta las cuatro de la tarde y luego cierran sus puertas. Las calles quedan semidesiertas, para dejar paso a los aseadores urbanos. A partir de ese momento, otro contingente de trabajadores del comercio comienza a trasladar, al hombro o en carretelas, enormes cajas de cartón con mercaderías, selladas con plástico.
Ya, cuando cae la noche, en otro sector de la ciudad, aquellas cajas de cartón son embarcadas en camiones, autos y lanchas a motor, para cruzar el Paraná y descargar en territorio brasileño, al otro lado del río. Entonces, también se inicia la intensa labor de la policía marítima del vecino país, para tratar de contener la avalancha de comerciantes ilegales que intentan cruzar la frontera. Sólo tienen éxito con un 10%, aseguran las autoridades brasileras.
Paraguay tiene alrededor de 7 millones de habitantes y la población de Ciudad del Este, la segunda del país en tamaño e importancia, ronda las 400.000 personas. Según datos de la Cepal, en 2013 Paraguay tenía un ingreso per cápita bruto de US$4.366; casi mil dólares por encima de los US$3.396 que presentaba Bolivia, la nación de menor desarrollo relativo en Sudamérica.
El año pasado, mientras las exportaciones paraguayas sumaron US$9.423 millones, las importaciones alcanzaron a US$12.1432 millones, acusando un déficit de US$2.710 millones en su balanza comercial. Por lo demás, este déficit ha sido crónico en los últimos 20 años.
Esto no tiene nada de novedoso, si no fuera porque en paralelo se mueve un flujo de contrabando y mercaderías falsificadas que -según las entidades policiales de Brasil y Chile- son enviadas hacia los países vecinos. Informes de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), dan cuenta que un volumen importante de cigarrillos, perfumes, juguetes, relojes y artículos de computación y electrónicos falsificados, son ingresados al país desde Paraguay.
Por si esto fuera poco, una buena cantidad de mercancías que los empresarios de Ciudad del Este ingresan a través de la Zona Franca de Iquique (Zofri), vuelven a Chile por vías informales, en calidad de contrabando hormiga, sobre todo perfumes, cosméticos y electrónicos, señalan fuentes de la PDI.
Estadísticas de la Zofri indican que Paraguay, después de Bolivia, es su principal cliente. El año pasado, Bolivia compró en esta zona franca chilena mercadería por US$1.134 millones; y Paraguay lo hizo por una cifra de US$407 millones, seguido de Perú, con US$376 millones. Las principales compras paraguayas en Zofri son automóviles (nuevos y usados), prendas de vestir, productos textiles, menaje, electrónicos y electrodomésticos.
A pesar de los envíos de la Zofri, Chile sigue registrando un notorio desbalance en su intercambio comercial con el país guaraní. Según cifras entregadas por la Embajada de Paraguay en Santiago, el año pasado este país exportó a Chile un volumen equivalente a US$545,4 millones y Chile logró vender allá mercaderías por US$137,4 millones, registrando un déficit de US$408 millones. En el primer semestre de este año la diferencia era de US$229,9 millones, favorable a los paraguayos.
Flujos hacia Brasil
El presidente del Instituto de Desarrollo de Fronteras de Brasil (IDESF), Luciano Stremel Barros, dijo que “Ciudad del Este es el principal foco de contrabando hacia Brasil, con cifras que suben año a año”. Explicó que la cercanía de esta ciudad paraguaya, con Brasil, separada sólo por el río Paraná y a la vez unida por el “Puente de la Amistad”, con su vecina Foz de Iguazú, se ha transformado en un problema cotidiano de comercio ilegal que luego se propaga al resto del país.
Stremel Barros señaló que los principales motores del contrabando, replicables también a otros países de la región, son las diferencias entre las tasas de impuestos, que lleva a los consumidores a preferir productos más baratos, aunque sean ilegales; los débiles controles aduaneros y policiales; los altos índices de pobreza que facilita el tráfico hormiga, incluso valiéndose de niños; y el atractivo que presentan mercados de países vecinos que ostentan un mayor nivel de ingresos.
Así, mientras en Brasil la carga tributaria total es de 25,5% (similar a la chilena), en Paraguay es de 13,5%. A su vez, mientras en Brasil el IVA es de 20,5% (en Chile es 19%), en Paraguay este mismo tributo es de sólo 10%. Y en el caso particular del impuesto al tabaco y cigarrillos, en Brasil es de 62,1%, pero en Paraguay es de sólo 12%. Con la reciente reforma tributaria, el impuesto al tabaco en Chile llegó al 80%.
“En general, todos los otros países de América del Sur tienen impuestos al tabaco mucho más altos que en Paraguay, lo cual explica en gran medida el enorme flujo de contrabando desde este país hacia distintos mercados de la región, incluso hacia Centroamérica y México”, añadió el ejecutivo del IDESF.
Según Stremel Barros, esta brecha impositiva y los débiles controles legales que prevalecen en el país guaraní, estarían alentando la instalación de fábricas clandestinas de cigarrillos y de otros productos de contrabando. Esto, más allá de las empresas legalmente establecidas que también surten a los contrabandistas. Dice que mientras en Brasil, con sus 200 millones de habitantes, existen 13 fábricas de cigarrillos legalmente establecidas, en Paraguay, cuya población es de sólo 7 millones de personas, operan 32 fábricas de cigarrillos. “Sin duda, los cigarrillos que estas 32 fábricas producen, salen mayoritariamente hacia otros mercados por vías ilegales, ya que si tuvieran que pagar los altos impuestos que se aplican en otros países, no serían competitivos”.
Fábricas clandestinas
El ejecutivo señala que “en Brasil la marca de cigarrillo Eight, es la segunda de mayor consumo en el país, con la salvedad de que se vende en el mercado negro y no paga ningún impuesto”. Agrava esta situación la existencia de unas ocho fábricas clandestinas en Brasil, “operadas por empresarios brasileños, en complicidad con los paraguayos”.
Agrega que las fábricas clandestinas no sólo operan en Brasil, sino también en Argentina y en el mismo Paraguay. En contraste, Chile cuenta con una sola fábrica de cigarrillos: BAT Chile. Esta empresa de capitales británicos coincide con el especialista brasileño en que uno de los principales incentivos para el contrabando son los altos impuestos. Y admite que éste no sólo proviene de Paraguay, sino también de India y China
Según la unidad de fiscalización del servicio de Aduanas, las principales vías para el ingreso del contrabando a Chile son los pasos fronterizos y los puertos. Casi siempre se trata de un tráfico a pequeña escala, pero muy frecuente, lo cual indicaría que se trata de bandas organizadas que reclutan viajeros para pasar la mercadería, sea en el equipaje o en automóviles acondicionados para ocultar el cargamento.
En el transporte marítimo, en tanto, los volúmenes son mayores y las formas para ocultar el contrabando van desde suplantar el tipo o la clase de mercancía por otro producto en la declaración oficial exigida por Aduanas; hasta inventar que se trata de mercadería en tránsito hacia terceros países.
Otra artimaña es efectuar triangulaciones con el cargamento, para hacer creer que proceden de puntos no sospechosos. Así, el año pasado Aduanas detectó en San Antonio un cargamento de cigarrillos que, supuestamente, tenía como punto de partida Miami, ciudad hasta donde habían llegado cigarrillos paraguayos, por vía aérea, y desde donde luego fueron embarcados clandestinamente hacia Chile.
Fonte: lasegunda.com
http://www.lasegunda.com/Noticias/Economia/2014/11/975536/ciudad-del-este-como-opera-el-principal-foco-del-contrabando-en-sudamerica